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Mostrando entradas de octubre, 2022

Luna de copal

Luna en creciente, estamos a tres noches de cuarto creciente. Por razones que no vienen al caso, no había podido prender copal desde hace varias semanas y, honestamente, necesitaba que su humareda ensortijada entrara por mi nariz y penetrara en mis pulmones, bronquios, bronquiolos para desactivar casi de manera automática mi sistema nervioso. Frente a mí los gatos, siempre espectantes, siguiendo con sigilo cada uno de mis pasos.  El encendedor en la mesita, el incienso que sale del envoltorio halado por mi mano, los gatos siguiéndome con la mirada, la luz cálida del foco del comedor a media distancia, el fuego naciente desde mi mano izquierda, la vara de copal en mi derecha, aproximándose hacia su encuentro, que a su vez hacía de centro del triángulo que formamos gata, gato y humana en hipnosis con los espirales, con el fuego, con el humo revitalizador y también con el hecho de que la luna está en creciente, casi en cuarto creciente. Noche coincidente a los días de gozosa -y dolorosa-,

Angustia nocturna

 E stoy sentada frente a la página en blanco. Puse mi canción favorita en inglés para abstraerme. No logro recordar la idea que desde anoche me tenía con la mente en venir a escribirla, a desarrollarla. No la recuerdo. Afuera de mis audífonos S.G. se queja... casi como siempre está hablando de su trabajo, de la violencia hacia los niños, y yo sólo noto cómo se siente rebasada ante ese fragmento del mundo, del globo que no podemos controlar. Yo también, prima, yo también me siento rebasada muchas veces frente a todo lo que pasa en derredor y que claramente no puedo controlar. Ni tú ni yo ni la señora que vende tamales en la esquina por las mañanas, y al parecer casi tenemos el mismo campo de acción que el senador concentrado en beneficiar sus negocios y no en la gobernabilidad. En fin, prefiero aturdir a mi psicóloga con esos calambres mentales que a mi familia. ¿También tú has sentido rebasada(o)? Probablemente también te preguntas cómo es que todos los días hacemos frente a la agobian

Vacilando frente a los tiempos

 T iempos vacilantes, donde se antoja dar dos pasos atrás en lugar de andar obligadamente siempre uno hacia adelante, siempre. Los tiempos postpandémicos han sido complejos. No lo digo sólo yo, lo dice la inflación, la crisis, las amigas, los espacios de encuentro, las depresiones y crisis heredadas y multiplicadas gracias a la pandemia. Estamos rehaciendo nuestro mundo... como podemos o como las piezas más o menos van ensamblando, al igual que las de un rompecabezas de cartón después de haberse mojado y secado. Y, de entre todo lo que pasa, pasa el tiempo y ya estamos en octubre y honestamente el cierre de ciclos nunca había sido más sentido y acorde a la época que en este momento. Leía a Marcela Lagarde y cómo resalta la importancia de la autonomía de las mujeres, en cada una de nosotras y como sexo. Y pues la base está en lo tangible, esto incluye a lo económico (independencia y autonomía no son sinónimos por cierto, pero ese es otro debate). Entonces me encuentro en el texto que le