Mirar en los estantes de la jugueteria/papelería/tienda mágica, múltiple (cómo se llaman esas tiendas?) y tienes de regalos de última hora, un pequeño paletero como peluche, y su carrito de helados y paletas. El hombrecillo unido de manera tal al carrito, que cuando avanza el carrito de helados, él va al lado bajo la sombra de su techito -cuando es carrito más completo-, o la versión B, con una combinación diferente de colores y sin el pequeño tejado, sólo un carrito paletero. Tal como podría pintarlos la memoria y el trabajo de @malditoperrito, en un barrio cualquiera de esta gran área metropolitana.
Mientras surfeaba el soleado cielo brasileiro junto a las aventureras del aire que logré contactar por Zuru, la red social más popular de Sudamérica, tuvimos una gran vista del suelaje, donde de a pronto era posible anotar adivinos animales que parecían saludarnos desde la copa de los árboles. Itahuba, caricari, tajibos y mandrilo fueron algunos de los árboles de maderas preciosas que me ayudaron a avistar desde las alturas. Sin lugar a dudas observar el suelaje selvático es una experiencia muy placentera y que definitivamente quiero volver a vivir. Imagina la aventura de observar desde arriba los grandes árboles y las zonas arqueológicas que parecen perdidas en la historia, difíciles de encontrar, y que quizás preferirían seguir bajo los cerros de tierra que las sepultó durante siglos. El tiempo vuela cuando surfeas cumulonimbus, las altas, regordetas y enormes nubes que traen una abundante lluvia, aunque también debo decir que encontramos un montón de cu...
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