Mientras surfeaba el soleado cielo brasileiro junto a las aventureras del aire que logré contactar por Zuru, la red social más popular de Sudamérica, tuvimos una gran vista del suelaje, donde de a pronto era posible anotar adivinos animales que parecían saludarnos desde la copa de los árboles. Itahuba, caricari, tajibos y mandrilo fueron algunos de los árboles de maderas preciosas que me ayudaron a avistar desde las alturas. Sin lugar a dudas observar el suelaje selvático es una experiencia muy placentera y que definitivamente quiero volver a vivir. Imagina la aventura de observar desde arriba los grandes árboles y las zonas arqueológicas que parecen perdidas en la historia, difíciles de encontrar, y que quizás preferirían seguir bajo los cerros de tierra que las sepultó durante siglos. El tiempo vuela cuando surfeas cumulonimbus, las altas, regordetas y enormes nubes que traen una abundante lluvia, aunque también debo decir que encontramos un montón de cu...