Mi muy querida Violeta: Ayer sentí mucha angustia porque estábamos en la sala, al lado de la ventana y veíamos la tv mientras se oscurecía. Pues bien, escuché cómo afuera de la ventana estaba un colibrí, que aleteó durante unos instantes afuera de la ventana del estudio, al lado de este cuarto. Si bien sentí alegría por la visita, en ese momento entró en mi ser la revolución mental de saber que tengo una flor aretillo adquirida hace 4 días en el tianguis de la colonia (con el mismo señor que compraba cuando vivía en la casa materna), pero que es el mismo al que tengo en cuarentena por ser recién llegado y aún no saber cómo colgarlo en la ventana. Debo investigar un método fiable, que no arriesgue ni a los gatos ni a los colibríes visitantes. Todo esto estaba dilucidando cuando pensé que a la persona a quien podría contarle esta situación y lo entendería perfectamente serías tú, Violeta.